Espasmos musculares involuntarios en reposo

Fasciculaciones musculares en las piernas

Muchas afecciones provocan mioclonías, o contracciones musculares involuntarias. El hipo es una forma leve. Las personas con epilepsia o enfermedad de Parkinson pueden tener espasmos musculares frecuentes y graves. Los medicamentos antiepilépticos, los sedantes y las inyecciones de botulina pueden aliviar las sacudidas mioclónicas.
Las personas que experimentan sacudidas o espasmos mioclónicos tienen músculos que se tensan o contraen inesperadamente (mioclonía positiva) o se relajan (mioclonía negativa). Las sacudidas musculares pueden producirse en una mano, un brazo o una pierna, o en la cara. A veces, la mioclonía afecta a muchos músculos al mismo tiempo.
Lo más probable es que la causa de estas contracciones musculares involuntarias sea una alteración del sistema nervioso central (cerebro y médula espinal). Por razones desconocidas, el sistema nervioso central envía un impulso eléctrico a los músculos. En raras ocasiones, las mioclonías se producen tras una lesión de los nervios periféricos fuera del sistema nervioso central.
Todo el mundo tiene espasmos musculares involuntarios ocasionales, o mioclonías. Pero para algunas personas, los espasmos musculares llegan a ser perturbadores e incluso peligrosos. El médico puede determinar la causa de las mioclonías. Los medicamentos pueden reducir la gravedad y la frecuencia de las sacudidas mioclónicas.

 

¿qué causa las contracciones musculares?

La mayoría de la gente ha experimentado un espasmo muscular en algún momento de su vida. ¿Te has dado cuenta de que, a veces, cuando intentas dormirte y estás a punto de quedarte dormido, todo tu cuerpo se contrae de forma incontrolada? Pues bien, ese despertar inesperado es en realidad un espasmo muscular.
Los espasmos musculares pueden producirse como resultado de muchas cosas diferentes, desde el cansancio hasta el estrés, pasando por ciertas afecciones médicas. En muchos casos, los espasmos musculares ocasionales no son motivo de preocupación, pero siga leyendo para obtener más información sobre cuándo los espasmos musculares pueden justificar una revisión con su médico.
Como explica la North American Spine Society, un espasmo muscular es una contracción involuntaria de un músculo o grupo muscular en cualquier parte del cuerpo. Los espasmos musculares pueden abarcar desde los músculos más pequeños -como cuando el párpado no deja de moverse- hasta los más grandes, como ese caballo de batalla que tiene en la pierna cuando la flexiona de forma incorrecta.
Los espasmos musculares pueden limitarse al músculo o ser lo suficientemente potentes como para afectar también al sistema óseo. Por ejemplo, si un músculo de la espalda sufre un espasmo, también puedes lesionarte la columna vertebral. No importa lo grandes o pequeños que sean, los espasmos musculares pueden ser bastante dolorosos y, aunque desaparezcan, pueden dejar secuelas de dolor o lesiones. Los espasmos musculares pueden producirse incluso a nivel interno, como en el caso de la vejiga hiperactiva, en la que los músculos de la vejiga sufren espasmos espontáneos y provocan pérdidas.

Fascinación muscular en reposo

La ELA afecta a las motoneuronas superiores, que están en el cerebro, y a las motoneuronas inferiores, que están en la médula espinal y el tronco cerebral. La degeneración de las neuronas motoras superiores suele provocar espasticidad (tensión en un músculo), lentitud de movimientos, falta de equilibrio e incoordinación, mientras que la degeneración de las neuronas motoras inferiores provoca debilidad muscular, atrofia muscular (encogimiento de los músculos) y fasciculaciones. En la ELA, estos síntomas pueden combinarse, ya que las neuronas motoras superiores e inferiores se ven afectadas al mismo tiempo.
La ELA puede afectar a personas de cualquier edad, aunque suele aparecer a finales de la mediana edad. La ELA suele manifestarse con una debilidad o espasticidad persistente en un brazo o una pierna (en el 80% de los casos), lo que provoca dificultades para utilizar la extremidad afectada. A veces (en alrededor del 20 por ciento de los casos) el problema se presenta primero en los músculos que controlan el habla, produciendo alteraciones en la calidad vocal, o en la deglución, lo que puede llevar a toser y ahogarse. La enfermedad también puede afectar a los músculos de la cara, provocando problemas como el cierre incompleto de los ojos y el babeo. La ELA puede incluso manifestarse como risa, llanto o bostezo inapropiados (afectación pseudobulbar). 1,2

Síndrome de fasciculación benigna

Muchas afecciones provocan mioclonías, o contracciones musculares involuntarias. El hipo es una forma leve. Las personas con epilepsia o enfermedad de Parkinson pueden tener espasmos musculares frecuentes y graves. Los medicamentos antiepilépticos, los sedantes y las inyecciones de botulina pueden aliviar las sacudidas mioclónicas.
Las personas que experimentan sacudidas o espasmos mioclónicos tienen músculos que se tensan o contraen inesperadamente (mioclonía positiva) o se relajan (mioclonía negativa). Las sacudidas musculares pueden producirse en una mano, un brazo o una pierna, o en la cara. A veces, la mioclonía afecta a muchos músculos al mismo tiempo.
Lo más probable es que la causa de estas contracciones musculares involuntarias sea una alteración del sistema nervioso central (cerebro y médula espinal). Por razones desconocidas, el sistema nervioso central envía un impulso eléctrico a los músculos. En raras ocasiones, las mioclonías se producen tras una lesión de los nervios periféricos fuera del sistema nervioso central.
Todo el mundo tiene espasmos musculares involuntarios ocasionales, o mioclonías. Pero para algunas personas, los espasmos musculares llegan a ser perturbadores e incluso peligrosos. El médico puede determinar la causa de las mioclonías. Los medicamentos pueden reducir la gravedad y la frecuencia de las sacudidas mioclónicas.